Qué es una matriz de riesgo y cómo aplicarla

¿Es posible mantener una organización libre de peligro por completo? Aunque esa sería la situación idónea, existen millones de variables y situaciones que no se pueden prever. Sin embargo, es posible anticipar la probabilidad y las consecuencias de cada escenario negativo, así como su impacto potencial. Para ello, se utiliza la matriz de riesgo, una herramienta que permite diseñar estrategias de seguridad preventiva basándose en la identificación y evaluación de factores peligrosos.

En este artículo, abordaremos qué es la matriz de riesgo y qué aplicaciones tiene en el día a día de una empresa. Además, analizaremos la prevención de riesgos en un incendio, ya que es uno de los peligros operacionales más temidos en las instalaciones de cualquier organización.

¿Qué es una matriz de riesgo?

La matriz de riesgo es una herramienta digital que permite a las empresas estimar la probabilidad de cada riesgo al que se enfrentan, así como el impacto de las posibles consecuencias. Para poder llevarlo a cabo, es necesario identificar y diagnosticar todo tipo de peligros, evaluarlos de manera individual para poder hacer una previsión y priorizar los que requieran de una mayor atención, ya sea por su urgencia o por la gravedad de sus posibles efectos.

Tipos de riesgo más habituales en una matriz de riesgo

Esta herramienta permite evaluar todo tipo de riesgos, al determinar la probabilidad de que sucedan y la gravedad del impacto que tendrían. No obstante, hay ciertas situaciones que son específicas del sector empresarial, como las relacionadas con el funcionamiento de la organización y la integridad de sus recursos humanos, materiales e inmuebles. A continuación, te explicamos los riesgos que más afectan a las organizaciones y que se incluyen en la matriz de riesgo.

Riesgo operacional

Por lo general, el riesgo operacional es uno de los principales factores que se contemplan en la herramienta, ya que comprenden los siguientes problemas relacionados con los procesos productivos de la empresa:

  • Riesgos en los procesos: incluyen fallos, tanto humanos como industriales, que afectan a la producción del negocio.
  • Riesgos de infraestructura: se refieren a los equipos, las redes de conexión o cualquier otro elemento en las instalaciones.
  • Riesgos tecnológicos: comprenden errores vinculados con todo tipo de herramientas digitales y con la seguridad de la información.

Riesgo de salud

También es común que la matriz de riesgo ponga sobre la mesa el bienestar del personal relacionado con la organización. Para ello, en esta sección se contemplan los siguientes contextos:

  • Seguridad laboral, como los riesgos en un incendio o cualquier otra situación de peligro en el entorno de trabajo.
  • Seguridad medioambiental, que se refiere a situaciones como las emisiones de la empresa que puedan afectar a terceros o a las radiaciones por presencia de metales en las instalaciones.

Riesgo natural

El riesgo natural es aquel que apunta a las catástrofes naturales, como huracanes, terremotos, maremotos o los riesgos en un incendio forestal. En este caso, se deberán tener en cuenta las condiciones geográficas de las instalaciones del negocio.

Riesgo financiero

Por último, los riesgos financieros abordan todo lo relacionado con la vertiente económica de una organización, por lo que es imprescindible contemplarlos en la matriz de riesgo. En este campo, se valora la probabilidad y el impacto de riesgos como la falta de liquidez, los peligros externos que puedan darse en el mercado o los asociados a la gestión de créditos.

Cómo desarrollar la matriz de riesgo

Como puede intuirse, la matriz de riesgo es una herramienta que puede personalizarse según las necesidades de cada empresa. Sin embargo, hay una serie de pasos que hay que seguir para obtener resultados útiles que ayuden a prever los peligros, medir su probabilidad y evaluar sus consecuencias. Estos son los puntos esenciales para desarrollar una matriz de riesgo.

1. Estudiar los escenarios de riesgo

Por lo general, la matriz de riesgo se estructura en una tabla en la que se incluyen diversas columnas. Para tener los datos necesarios, se deberán incluir los siguientes aspectos:

  • Cada posible riesgo.
  • Probabilidad de que suceda.
  • Consecuencias.
  • Grado de peligrosidad.

Estos datos suelen dividirse según los tipos de riesgos y se clasifican de mayor a menor prioridad. De ahí que el primer paso sea identificar todos los posibles peligros y añadirlos a la matriz.

2. Clasificar las consecuencias

Para establecer la prioridad, se analizan las consecuencias de todos los riesgos contemplados en la matriz y se les asigna un nivel de gravedad a cada uno. En este sentido, cada empresa encontrará la mejor manera de clasificarlos. Para ello, puede emplearse un sistema numérico de uno a diez, de menor a mayor impacto negativo, o se pueden utilizar términos como leve, grave, muy grave, etc.

3. Calcular el nivel de probabilidad de cada riesgo

En paralelo, se valorarán los riesgos en función de la probabilidad de que sucedan. Este punto es uno de los aspectos básicos en la matriz de riesgos, ya que nos ayudará a entender en qué escenarios debemos poner el foco en primer lugar.

4. Explicar el impacto de cada uno de ellos

Más allá de las clasificaciones, la matriz de riesgos debe explicar cuál es el impacto concreto que tendría cada uno de los sucesos. Para ello, además del nivel de gravedad, se desarrolla una explicación de las posibles consecuencias. De este modo, cualquiera que trabaje con la herramienta puede entender por qué ha quedado registrado cada peligro.

5. Establecer una tabla de prioridades

El último paso está relacionado con el propósito de esta herramienta: priorizar los riesgos para reducir tanto la probabilidad de que sucedan como la gravedad de su impacto. Por este motivo, en esta fase se ordenan los riesgos registrados según su probabilidad y la gravedad de sus consecuencias.

Riesgos en un incendio, ¿cómo ayudaría la matriz de riesgo?

Para ilustrar la implementación y el uso de esta herramienta, nos ayudaremos de un ejemplo muy claro: los riesgos en un incendio. Y es que este es un peligro que depende de infinidad de factores, tanto en sus probabilidades como en sus consecuencias: la actividad que se lleve a cabo; los materiales de las herramientas; el estado y mantenimiento de los equipos electrónicos; el posible uso de combustibles; la presencia y distribución de los dispositivos de extinción de fuegos o las condiciones naturales del entorno. Por este motivo, estos elementos deben evaluarse para determinar las prioridades a la hora de implantar un sistema de protección contra incendios.

Por qué es importante determinar indicadores para medir el riesgo

Los indicadores proporcionan una base objetiva para tomar decisiones informadas sobre qué riesgos deben ser gestionados con mayor urgencia y cuáles pueden ser considerados menos críticos. Y es que aspectos como la frecuencia, el impacto financiero o la duración del peligro proporcionan las unidades de medida necesarias para categorizar, ordenar y priorizar las acciones de seguridad. De hecho, son los datos que permiten cuantificar la probabilidad de que un riesgo se materialice y la gravedad de sus consecuencias.

La matriz de riesgo como herramienta de seguridad básica

Como has podido comprobar, la matriz de riesgo es una operación sencilla y de bajo coste determinante a la hora de priorizar las inversiones en seguridad, reducir ciertos riesgos y, sobre todo, minimizar su impacto en caso de que sucedan. De hecho, es un recurso muy habitual en grandes empresas, aunque puede aplicarse en organizaciones de todos los tamaños.

En un entorno económico y social donde la adaptabilidad y la resiliencia son básicas, contar con un sólido plan de gestión de riesgos es indispensable para cualquier organización que aspire a mantenerse competitiva y preparada para el futuro.