Suecia quiere garantizar el acceso al efectivo.

Para sorpresa de quienes pensaban que Suecia llegaría a convertirse en el primer país donde el efectivo no volvería  a circular, el país nórdico está cerca de aprobar una  ley que garantizará el acceso al dinero en metálico a toda la población. Concretamente, establecerá que existan entidades bancarias que faciliten la apertura de cuentas corrientes y que estas dispongan  de más de 7.600 millones de euros en depósitos para hacer frente a la demanda de sus clientes. 
El pasado mes de enero abordamos cómo numerosas voces apuntaban la necesidad de compaginar el pago en efectivo con otras alternativas digitales. Durante el primer trimestre del año, la tendencia ha ido en aumento, hasta el punto de que a principios de marzo varios parlamentarios suecos de diferentes formaciones políticas afirmaron, en declaraciones a los medios de comunicación, que una amplia mayoría de legisladores se mostraba partidaria de aprobar la citada medida para garantizar el acceso al efectivo a toda la población.  

La reacción del legislativo surge en respuesta a la  transformación de la sociedad sueca, en la que algunos establecimientos  no admiten el efectivo como medio de pago.  

Factores sociales, de riesgo y de derecho

La dificultad de acceso al dinero en efectivo afecta notablemente a varios colectivos especialmente sensibles. En primer lugar, el formado por los ciudadanos de mayor edad, seguido por los colectivos que tienen dificultades para acceder a un teléfono móvil o disponer de tarjeta de crédito. Sin perder de vista, además, los riesgos que presenta una economía exclusivamente digital.  


Por ello, los representantes suecos han abierto el debate sobre la necesidad de que convivan diferentes medios de pago. Y cuentan con el apoyo de los electores. Una encuesta realizada el pasado año por el principal proveedor de cajeros automáticos de Suecia puso de manifiesto que casi siete de cada diez suecos no querían perder la opción de seguir utilizado monedas y billetes.