Así es la tecnología que integra el dinero en efectivo

La evolución de la tecnología ha permitido incrementar la eficiencia del efectivo, ya que los bancos la han adoptado para mejorar sus modelos de distribución de dinero en metálico. Además, los billetes y monedas integran innovaciones de vanguardia en su elaboración con el objetivo de evitar las falsificaciones e incrementar la durabilidad del dinero. 

Un ejemplo está en la materia prima de fabricación de los billetes, que antes se fabricaban con fibras naturales –normalmente algodón– hasta que a finales de los años 80 se sustituyó por polímeros, lo que consiguió aumentar su ciclo de vida. En los 90 llegaron avances en el barnizado y recubrimiento protector, que ayudó a reducir la suciedad del propio billete, y se continuó investigando en el campo de los sustratos, a los que se añadieron fibras sintéticas para incrementar su resistencia. De hecho, más recientemente se ha probado con combinar capas de papel y polímero en estos sustratos, para continuar mejorando su durabilidad aún más.

Desde que el euro comenzó a circular en 2002, su tecnología de impresión y reproducción ha progresado también rápidamente; llenándose de transparencias, marcas de agua, hologramas o tintas especiales, entre otros muchos avances.

En el caso de los hologramas, estos incluyen una llamativa ventana con retrato visible en ambos lados del billete. Una ventana que se vuelve transparente al mirar el billete al trasluz, mostrando un retrato de Europa en ambos lados. Un importante avance en la tecnología de fabricación de los billetes, que dificulta aún más su falsificación. Además, el billete incluye un número verde esmeralda, que cambia de color al inclinarlo.