La segunda vida del papel moneda

En este blog ya os hemos contado los motivos por los que se desecha el dinero en metálico en circulación y cómo se recicla. Hoy queremos ir más allá y explicarte los diferentes usos que tiene el efectivo en su “segunda vida” para evitar el desperdicio de residuos. Los billetes de papel que ya no son aptos para su circulación se destruyen en trozos tan pequeños que imposibilitan su reconstrucción. Posteriormente, se compactan en bloques para su tratamiento o reciclaje. Son lo que se conoce como briquetas, cuyos usos son múltiples:

-Combustible: Uno de los principales destinos de estas briquetas son los hornos industriales para su uso como combustible adicional. La propia composición de estos bloques les otorga un valor de combustión muy bueno (1,6 x 104 Kj/kg), que sirve para compensar los valores de combustión de otros residuos, ya que pueden incinerarse a temperatura normal y no requieren de ningún tratamiento especial. 

-Refrigerante: La industria siderúrgica también utiliza estos bloques compactos realizados con papel moneda. En concreto, la producción de acero genera una gran cantidad de energía y, por tanto, produce el denominado oxiacero, que debe enfriarse. Para ello normalmente se utiliza madera, pero las briquetas de billetes también son una buena alternativa.

-Compostaje: Una solución sostenible utilizada, entre otros, por el Banco de Inglaterra para deshacerse de los residuos de los billetes no aptos para la circulación. En este caso, las briquetas van destinadas a mejorar y revitalizar el suelo utilizado para labores agrícolas.

Los billetes de polímero

Los nuevos billetes fabricados con polímeros también tienen su particular contribución a la mejora del medio ambiente: reducción de carbono en su producción (disminución de cargas ambientales en la producción de materia prima y el procesamiento de nuevos billetes), uso (mayor vida útil que los de papel de algodón) y final (reciclaje en gránulos antes de transformarlos en nuevos artículos).