La GDPR y la privacidad que otorga el efectivo

Debido a la entrada en vigor del nuevo Reglamento General de Protección de Datos (GDPR por sus siglas en inglés), todas las empresas e instituciones europeas tienen que cambiar radicalmente la forma en la que tratan la información personal de los consumidores. Por este motivo, las compañías que gestionan medios de pago tendrán que adaptarse a los nuevos requerimientos para no incurrir en fuertes sanciones. Para cumplir con el reglamento, las organizaciones deberán evaluar la gestión de los datos de las transacciones, rediseñar sus procesos y comprometerse al cumplimiento de esta recién estrenada normativa. En este contexto, el efectivo cobra especial importancia por su protección de la privacidad. Una característica muy valorada por los usuarios, que en muchas ocasiones no quieren ver vulnerada su intimidad cuando realizan transacciones económicas. El dinero en metálico evita, independientemente de la ley, que las entidades financieras puedan obtener datos de las rutinas de compra de los usuarios, algo que limita considerablemente su privacidad. Una intimidad que, con la nueva ley europea, estará más protegida para todos aquellos que utilicen otros sistemas de pago.