El efectivo durante la pandemia de Covid-19

Durante los últimos meses, con la peor crisis sanitaria del último siglo todavía vigente, se ha puesto de manifiesto la importancia de la circulación de billetes y monedas para el buen funcionamiento de la economía, así como la importancia del efectivo para la sociedad, sobre todo para las personas mayores o colectivos más vulnerables, ya que el dinero en metálico favorece la inclusión. La convivencia de los diferentes métodos de pago que existen en el mercado es más que necesaria, sobre todo en escenarios como el actual, ya que permite a los ciudadanos poder elegir el modo de pago que más se adecúe a cada momento, lugar o circunstancia.

La evolución del efectivo desde el inicio de la pandemia ha sido dispar, ya que comenzó a decaer después de que surgiera la falsa creencia de que transmitía la Covid-19 más rápidamente. Organismos internacionales como el Banco de Pagos Internacionales, el Banco Central Europeo, el Centro Superior de Investigaciones Científicas de España o la mismísima Organización Mundial de la Salud lo desmintieron, refrendados por estudios que dejan claro que el dinero en metálico no incrementaba el riesgo de contagio del nuevo coronavirus.

Informes como el “Estudio sobre la propagación del SARS CoV-2 en el dinero en efectivo y las tarjetas de crédito”, realizado por los catedráticos en Medicina Preventiva y Salud Pública Ángel Gil de Miguel y José Javier Castrodeza Sanz, demostraron que existe una mayor contaminación bacteriana sobre superficies como el plástico que sobre las fibras de algodón de los billetes o las aleaciones de cobre de las monedas, ya que la transmisión de virus como el Covid-19 es mayor desde superficies no porosas, como pueden ser el plástico o el vidrio, que sobre otras con un alto nivel de porosidad como pueden ser los billetes.

Pero tras ese bache, los ciudadanos volvieron a recurrir al dinero en metálico para realizar sus compras cotidianas. Los datos lo corroboran: la retirada de billetes en cajeros comenzó a repuntar en España y en Alemania la tasa de ahorro se disparó. El efectivo da la seguridad que los ciudadanos necesitan ante situaciones como la actual.