Farmacias, oficinas postales… la banca quiere garantizar el acceso al efectivo a más de un millón de personas

Es una tendencia en auge. Cada vez más entidades recurren a diferentes comercios, como farmacias y oficinas postales, para que los ciudadanos de zonas despobladas puedan obtener dinero en metálico sin necesidad de desplazarse a otra localidad. Una iniciativa que favorecería a más de un millón de personas que se encuentra en serio riesgo de exclusión en España por este motivo.

Ya lo hicieron hace años bodegueros de pueblos remotos de Navarra. Ahora algunos bancos utilizan servicios postales o a las propias farmacias para que ciudadanos de determinadas zonas rurales puedan acceder más fácilmente al efectivo.

Un proyecto piloto, puesto en marcha por una gran entidad bancaria, va a permitir que los farmacéuticos de Málaga suministren también efectivo a las personas que viven en localidades sin oficina ni cajero bancario. Los usuarios deberán contar con una tarjeta del banco y realizar una compra con ella en una de las farmacias adheridas. El importe que podrá retirarse oscila entre los 20 y 150 euros (siempre múltiplo de 5) un máximo de tres veces al mes. Y no podrá superar los 1.000 euros al año.

Esta iniciativa busca dar apoyo, sobre todo, a la población más envejecida de las zonas con menor acceso al dinero en metálico, que suelen ser las rurales. Una población que se reparte entre unos 4.200 municipios a lo largo de toda España, situados sobre todo en Castilla y León (1.767), Castilla-La Mancha (470), Cataluña (467) y Aragón (413).

La idea, como ya hemos visto, no es nueva, y en este siglo XXI ya cuenta con antecedentes como el de las oficinas postales. El acceso al efectivo es una necesidad para muchos habitantes de las poblaciones más rurales, por lo que este tipo de proyectos suponen un impulso para garantizar la inclusión económica de toda la sociedad.